Si los filtros que usamos nos personalizan la información que consumimos adaptándola a nuestros gustos, ¿no deja fuera aquellas formas de ver el mundo que son muy distintas a las nuestras?
Me encontré con el mismo dilema hace 15 años, cuando llevaba, con otros amigos, la sala de prensa del Colegio Mayor donde vivía cuando estudiaba en la Universidad de Granada. En una discusión que nunca olvidaré llegamos a la conclusión de que no debíamos comprar los periódicos que más votos tuvieran en una encuesta a todos los estudiantes, sino que debíamos hacer la selección que generara más variedad de contenidos y menos superposición de visiones. Por ejemplo: no tenía mucho sentido comprar dos periódicos que tuvieran mucha información del Real Madrid (Marca y As) si dejábamos a los aficionados del Barça fuera.
Cuento esto porque, al cabo de los años, me he dado cuenta de que lo que más me ha enriquecido como persona fueron los 5 cursos que me pasé leyendo periódicos que nunca pensé que leería y conviviendo con personas muy diferentes a mi, que se convirtieron en grandes amigos. Superar los prejuicios o enfrentarlos a un escrutinio racional nos hace adultos, responsables y más sabios.
El vídeo lo vi hace meses y me inspiró parte de una ambiciosa conferencia que sigo depurando cada vez.
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