Si quieres algo con muchas ganas, piensa muy fuerte y lucha, seguro que lo consigues.
Este tipo de razonamiento es «mágico», no racional. Y está más extendido de lo que pensamos. El mismísimo Steve Jobs, paradigmático representante de la revolución tecnológica, caía en sus garras.
Siempre he pensado que los muy listos y los muy exitosos se acostumbran a que, trabajando duro, eres capaz de cualquier cosa y suele sobreestimar sus capacidades. Lo malo es que, muchas veces, para hacer cosas maravillosas hay que tener esa fe irracional en uno mismo o en una idea.
Visto en el blog de Luis Alfonso Gámez, Magonia, que trata sobre supersticiones y misterio, denunciando a todo engañabobo que se cruza por su camino.
Deja una respuesta