¿Ensayos? Scarlatti se rascó la peluca. ¿Os referís a practicar antes?
(…) Esto es Nápoles, dijo Scarlatti moviendo las manos. Las cosas suceden porque tienen que suceder.
Intentar ordenarlas o planificarlas con demasiada antelación no es natural.
Hay que seguir los dictados de la propia vida.
Hasta la muerte puede ser hermosa si viene bellamente improvisada. No temáis, sois músico, saldréis del trance.
Esta es la narración de mi adorado Martin Llade hoy en su programa «Sinfonía de la mañana» en Radio Clásica. Escuchadlo, por favor:
No es nueva la oposición entre planificar e improvisar. Roma y Nápoles. Norte y Sur. Y como todas las dicotomías, tienen una parte de verdad… pero una gran parte de mentira.
No existe la planificación total ni la improvisación completa. La realidad está siempre entre ambas y el error siempre en sentirse esclavo de alguna y dejarse llevar acríticamente por ideas abstractas. Como dice Martín:
Nunca dejamos de ser alumnos de nuestras propias debilidades
No podemos dejar que los errores dirijan nuestras vidas. ¿Qué hubiera pasado si Corelli hubiera seguido su carrera como antes? Nunca lo sabremos.

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