El coste de oportunidad de un autónomo (o de una empresa pequeña)

Seth Godin dice a veces tonterías. Pero nunca me deja indiferente, siempre me hace pensar. Esta vez le da un repaso a una de los más importantes conceptos en la economía, el de «coste de oportunidad»

La definición tradicional se refiere, más o menos, a qué renuncias cuando decides hacer algo:

el coste de la inversión de los recursos disponibles, en una oportunidad económica, a costa de la mejor inversión alternativa disponible, o también el valor de la mejor opción no realizada. (…) Se refiere a aquello de lo que un agente se priva o renuncia cuando hace una elección o toma de una decisión. (…) El costo de oportunidad de una inversión es el valor descartado debido a la realización de la misma o también el coste de la no realización de la inversión.

(Definición de coste de oportunidad en la Wikipedia)

Seth lo ve así:

Freelancers are very good at having an innate sense of opportunity cost. They realize, for example, that taking on a friend at a discount might be very expensive if it means that other, better paying work is going to have to be turned down. (…)

Not only does it cost money to say ‘no’, it costs money to say ‘yes’.

En la empesa nos hemos dado cuenta de que la decisión más importante es la de aceptar un encargo. Calcular un precio para unos requerimientos y comprometerse a realizarlo es el supremo vértigo de empresas de servicios como la nuestra. Hemos aprendido a base de fracasos que casi nos llevan a la destrucción. Y lo es tanto porque tienes que calcular muy bien cuánto vas a tardar en hacer algo como a los proyectos que no harás mientras estés haciendo eso.

¿Os pasa lo mismo?

(Actualización: Una idea más –> Uno no entiende bien los conceptos económicos hasta que no los sufre en sus carnes. Otro duro es «costes fijos/costes variables»

2 respuestas

  1. Pues está claro que todo el que debe organizar un proyecto, estimar (siempre algo esotérico xD) los plazos, calcular costes y demás, se ha enfrentado a esta situación.

    Si algo hemos aprendido en Cartograf en este año de andadura es precisamente el coste de hacer cosas a amigos: no lo hemos pagado en dinero, sino en horas de sueño. Aceptar encargos a precio de coste que luego se complican y resultan estar aceptados muy por debajo de coste, tener que compensar diciendo sí a otras cosas y acabar dando el do de pecho a muy altas horas durante muchos días para solventar la que (posiblemente) fuera decisión errónea: aceptar un trabajo para amigos en unas condiciones que quizá no debimos plantear 🙂

    Añadiría que hay otro coste de oportunidad que muchas veces se tarda en descubrir (y que yo por suerte aprendí en otros proyectos anteriores): el coste de decir que no a un cliente nuevo. En ocasiones tenemos uno está tentado de rechazar un cliente nuevo porque ya va muy cargado… hay que evaluar la agenda con lupa y ver si entra en el puzzle, porque un cliente rechazado es un cliente que (con casi total seguridad) no te volverá a llamar 🙂

    Pero estamos contentos. Oiga. Aprendemos y seguimos en la liza, pese al temporal que nos rodea, y a Mecus os veo cada día más grandes. Parece que hacemos algunas cosas bien 😉

  2. Muchas gracias, José. Una gran alegría ese comentario, tanto por el contenido como por el emisor.
    Aquí seguimos, currando. Me alegro mucho de que haya empatía.

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