¿Cuándo fue la última vez que pensaste en todas las cosas que aprendiste de tu profesor de primaria? ¿Y cuántas cosas has conocido gracias a ese blog que lees desde hace muchos años?
Una de las (pocas) cosas negativas de la aceleración de la cantidad que cosas que aprendemos y del aumento de información que procesamos es la volatilidad del mérito, de la identificación en nuestro consciente de quién nos enseñó qué. Cuando un maestro te enseña casi todo lo que sabes, es fácil saber quién te enseñó las cosas. Cuando son decenas de personas, no lo es tanto.
Todo esto viene por el undécimo aniversario de Blogpocket, de Antonio Carbonero, del que he aprendido tanto y al que nunca le he reconocido su gran labor de divulgación, información y opinión razonada. A veces hay que hacer un esfuerzo para recordar por qué sabemos lo que sabemos, un esfuerzo para hacer justicia y reconocer que no nacemos sabiendo las cosas.
Algún neurocientífico o psicólogo tendrá una explicación para esta falta de memoria sobre los que nos enseñan las cosas. Mientras, propongo que pensemos en quiénes nos están enseñando las cosas más valiosas e intentemos hacerles llegar nuestro agradecimiento.
Gracias, Antonio. (Gracias, José Luis, por hacerme recordar qué es importante y qué accesorio)
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