Se va a aprobar, por la puerta de atrás, la Ley Sinde. Si alguna vez alguno de los parlamentarios se paró a pensar por qué es buena idea la separación de poderes en un Estado moderno, se le ha olvidado.
- Una comisión del ministerio decidirá quién puede contar cosas y qué cosas se podrá contar.
- Un juez (y sólo uno) de un juzgado especial (que ya es una anomalía en una sociedad democrática) decidirá, no sobre si la página es legal o no, sino si se vulnera la libertad de expresión.
La generación que hizo 😉 la transición echa en cara a las siguientes lo que luchó por nuestras libertades de un Estado totalitario y opresor. Ahora, políticos de esa y de mi generación cercenan gravemente las libertades que podría hacer de mi hijo un ciudadano autónomo, informado y no sometido al vasallaje del Estado.
Bajo la excusa de cerrar páginas de enlaces (que, según la opinión de los jueces, no son ilegales) abren la puerta a un tutelaje de lo que los ciudadanos podemos o no leer.
Leí en algún sitio una cita apócrifa que ahora toma un gran sentido (No es literal, no encuentro la correcta):
La libertad no se conquista y se disfruta, se tiene que defender cada día.
Me quedo con la última frase de Antonio Delgado:
(…) todo esto no tiene que ver con las descargas, ni con bajar películas gratis. Es una lección sobre cómo se construye nuestro futuro como país y como sociedad.
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