Herald Sun Andrew Bolt Blog nos cuenta que se estudie lo que se estudie sobre terrorismo, Occidente será culpable. Que a más catastrofismo en un proyecto de investigación, más dinero para estudios medioambientales. Y no falta la cita al libro de moda: la traición de los intelectuales, de Julien Benda
Las ciencias sociales (y las naturales) parecen que no se escapan de las acusaciones de parcialidad y falta de escepticismo. Los limitados marcos conceptuales de muchas investigaciones sociológicas (género, edad y raza lo explican casi todo)o la nula conexión con la realidad de algunos estudio humanísticos son puestos en entredicho en algunos círculos. Esas discusiones no interesan a quienes financian las investigaciones… ¿no?
Me lo he pasado en grande escuchando esta conferencia (en la FAES) de Albiac: No hay autonomía del individuo, ergo «libertad de expresión» es una expresión falaz. ¿Todos esclavos del lenguaje? Ufff (El audio en mp3)
Encuentro otro buen ejemplo de lo que puede ser discutible como buena ciencia. Y encuentro el ejemplo perfecto en una vieja amiga, alguien muy inteligente con quien hace años compartí una cerveza. Rosalind nos presenta su nuevo libro y libera su prefacio:
The book is borne out of an interest in the extraordinary contradictoriness of constructions of gender in today’s media: confident expressions of ‘girl power’ sit alongside reports of ‘epidemic’ levels of anorexia and body dysmorphia; graphic tabloid reports of rape are placed cheek by jowl with adverts for lapdancing clubs and telephone sex lines; lad magazines declare the ‘sex war’ over, while reinstating beauty contests and championing new, ironic modes of sexism; and there are regular moral panics about the impact on men of the new, idealised male body imagery, while the re-sexualisation of women’s bodies in public space goes virtually unremarked upon. Everywhere, it seems, feminist ideas have become a kind of common sense, yet feminism has never been more bitterly repudiated.
¿Son las buenas ideas buena ciencia? Esa identificación puede haber traído problemas al mundo académico. Como lo académico genera buenas ideas, las buenas ideas deben salir de la Academia. Lo malo es que hace mucho tiempo que la academia no es realmente rebelde o valiente. Aunque eso es sólo una opinión.
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