Pistas: El patrimonialismo de nuestras administraciones

Pistas: El patrimonialismo de nuestras administraciones
De nuevo Wonka le da varios giros a los puntos de vista tradicionales: en vez de cargar las tintas sobre el hecho de que la consejera mienta , cosa que ya hacen muchos medios, incide sobre una costumbre de muchas Administraciones españolas: la apropiación de los recursos públicos. En este caso no es el uso de un avión o de un teléfono móvil, ni un robo descarado de dinero. Este caso trata de información.

Que es tan valiosa como escasa. Que es pagada por los contribuyentes para conocer mejor la realidad. Y que es sustraída sistemáticamente a los investigadores, profesionales o «amateurs», y a los ciudadanos en general, en una estrategia defensiva para evitar posibles críticas. Conozco varias agencias «para-públicas» que sobreviven casi exclusivamente de hacer estudios para distintos órganos públicos de la Junta. Hay muy buenos profesionales en ellos. Probablemente, los mejores de Andalucía trabajan allí. Pero su trabajo es sistemáticamente ocultado a los ciudadanos e investigadores. Lo sé porque buenos amigos me han dicho varias veces:

«lo siento, Luis, no te puedo dar los datos. Ni siquiera para que hagas una exploración. Aún sabiendo que no son peligrosos o que no vas a ser un peligro para la Junta. Me juego el trabajo».

No es una cuestión técnica. Cualquier friki de las bases de datos puede hacer una aplicación web que ocupe menos que las múltiples revistas aburridas e inútiles que publica cualquier Dirección General. En Andalucía, los buenos estudios se ocultan ante el miedo de ser usados como arma política.

Una sociedad del conocimiento no es sólo que los chicos de los pueblos pequeños tengan Internet. No basta con darles conexión. Hay que asegurarse de que hacen otras cosas aparte de bajarse música. Porque nos jugamos demasiado. Y perdemos todos.

Este es mi comentario en la bitácora de Wonka:

Yo voy más allá: ¿Por qué no hay transparencia total en los documentos públicos y estadísticas pagadas por organismos públicos? Una vez «descabezados» los datos, esto es, “anonimizados”, ¿por qué no están disponibles en la red de forma gratuita y libre? No ocuparía mucho espacio en los servidores, sobre todo comparado con la cantidad de revistitas en pdf con fotos que cada dirección general de la Junta de Andalucía tiene.
¿Por qué en un país como el nuestro no hay una ley de documentos oficiales como la inglesa? ¿Y cómo la de Usa? Es prácticamente imposible (o extremadamente caro) conseguir datos de los registros oficiales, o cualquier cosa relacionada con las administraciones. Las Administraciones ven a los ciudadanos como amenazas. Ya han silenciado a los medios. No quieren tener que ponerse de la misma forma con los internautas, esos elementos peligrosos e incontrolables, con la sed insaciable de defender sus derechos.

PS: Y no planteo la licitud de cobrar por los datos de estadísticas públicas: Hay buenos servicios y malos servicios. No quiero meter en el mismo saco a todos.

Atualización: Me he acotdardo de que el análisis y al queja más lúcida sobre el tema me llegó de manos del gran Juan Freire, un gran biólogo (por lo que me cuentan) a propósito de sus problemas de suministro de datos cartográficos hechos con fondos públicos. Hablamos de la ignorancia de los políticos, de la supervivencia de las compañías que hacían las aplicaciones, del sofware libre… Una de las grandes alegrías del WebDosBeta. Encontrarse con alguien y entenderse con esa persona como si fuera un viejo amigo.

3 respuestas

  1. Luis, muy acertados tus comentarios, aunque para mí también es importante que la consejera haya mentido descaradamente.

    Una de las argucias que utilizan las administraciones para negarnos los datos es que preparárnoslos altera demasiado el funcionamiento normal del órgano correspondiente. Esto en la era de las bases de datos informáticas y, sobre todo, del necesario control ciudadano de la actividad del gobierno, y de la necesaria participación del ciudadano en la discusión pública, claro.

    Otra cosa en la que se empeñan algunas instituciones públicas es en cobrarte un dineral por bases de datos que ya están pagadas con dinero de nuestros impuestos. Al final, te tienes que conformar con pedir un par de cruces, y ay de ti si te equivocas al pedirlos; te los comes con patatas.

    De todos modos, las cosas van mejorando. Por ejemplo, las encuestas del CIS están asequibles a precios relativamente razonables y el INE tiene una página web muy buena.

  2. De acuerdo. Pero ¿por qué cobrar por ellas? ¿Tan caro es tener un cliente web medianamente bueno que pueda dar todos los datos, con los controles de descabezado?
    Eso respecto a los estudios periódicos o los hechos por esos institutos específicamente estadísticos, pero, ¿qué ocurre con todos los demás encargados por todas las administraciones públicas?

    Muchas gracias por leer este blog, querido Wonka. Es un gran honor.

  3. Sí, en tiempos podía tener pleno sentido cobrar por los datos, pero ahora los costes de distribuirlos son tan bajos que es dudoso que haya que hacerlo. Quizá un pago escasamente más que simbólico serviría para evitar «aglomeraciones»: sabemos que las cosas gratuitas son demandadas en exceso; además, si no nos cuestan algo (directamente) las cosas, no las valoramos…

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