En palimpsesto: «No es algo nuevo el hecho de que cada nuevo Gobierno que se constituye o lista electoral que presente a sus candidatos venda la moto de la «paridad», esto es, tantos niños como niñas. Cada vez entran más mujeres en consejos de ministros, juntas, parlamentos y demás. Pero ¿qué pasa a la hora de la verdad, cuando lo que se cuece es realemente trascendental? Ellas a recoger la mesa y ellos se quedan en la mesa con el orujito «arreglando el mundo».»
y yo me digo, ¿de verdad hacen las mujeres política de una forma distinta? ¿Crean las mujeres políticas destinadas a la igualdad de las mujeres? ¿Por qué aceptar ese axioma sin comprobar si es cierto? Una amiga se hizo preguntas parecidas y se puso manos a la obra: su tesis están en capilla.
En mi opinión, el gobierno de un país es una cosa muy seria como para hacer experimentos. En cada puesto se debe poner a la persona más adecuada, si eso nos trae un gobierno sólo de mujeres, bienvenido sea.
Pero por simple estadística, si en un partido tienen en sus bases, por ejemplo un 70% de hombres y un 30% de mujeres (o viceversa), y haces el gobierno paritario, es casi seguro de que no vas a poner en cada puesto a la persona más adecuada. Y en este gobierno ya se está viendo, sólo hay que ver a la Ministra de la Vivienda o a la Pixit y Dixit.
En resumen, los experimentos, con gaseosa.
La limitación «a la fuerza» de mitad hombres, mitad mujeres supera en estupidez a la de discriminar a las mujeres por el hecho de ser mujeres. Y todavía tenemos por llegar, y estoy seguro que pasará, los cupos de homosexuales en las listas de los partidos. Cosas veredes.