Muchas Gracias, Virginia. ¡Qué bien lo hemos pasado en Berlín!
La experiencia ha sido irrepetible: una ciudad construida en el aire por el pasado. Y no tiene presente porque cambia cada día: no sólo nuevos edificios, sino nueva gente, nuevos aires llegan cada día para reemplazar el anterior. No es el cosmopolitismo (con toques de artificiosidad de marketing) de mi adorada Londres, sino la sobriedad de los que no quieren decirle a lo demás lo originales que son y que, para dejar de serlo, no les exigen que se conviertan en copias originales…
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