Trabajar cansa: conversad, conversad malditos

Foto de Rodolfo V.
Foto de Rodolfo V.

Uno de los libros de Pavese tiene ese título: Lavorare stanca. Abrir un canal de comunicación implica responder cuando te hablan, y contar cosas sobre lo que uno hace o piensa. Para la empresas y profesionales, también.

En mecus nos dedicamos, entre otras cosas, a enseñar a gente cómo es este nuevo mundo.

Una página estática elaborada por el equipo de márketing de una empresa en la que se cuentan las bondades de los productos y equipos de una empresa es la opción tradicional. Cuenta poco y no hay forma de saber cuánto se actualiza ni qué vida tiene esa organización. Si no tienes nada que comunicar aparte de esa visión idílica o no tienes tiempo de enseñar qué haces, bien. Aunque después no te quejes de que no te cuentan qué piensan de ti o que tus competidores tienen una imagen más humana que la tuya.

Si quieres que alguien de fuera maquille tu imagen y defina por ti qué eres y cuál es tu opinión sobre las cosas, contrata una empresa de relaciones públicas que también te lleve la web. Eso sí, después no te lamentes si no han captado bien la esencia de tu negocio o no han sabido responder bien a ese giro que tu sector está dando. Tu compañero, el técnico que prepara las especificaciones de tu producto, te lo había dicho hace meses, pero esa empresa que te cobra un dineral no lo ha pillado. Y ya es tarde para dárselas de vanguardista.

La irrupción de las empresas en la web participativa vino a raíz del éxito de este grupo de chalados que decidió jugar con unas reglas distintas a los medios de comunicación de masas y las instituciones. Un montón de locos decidió que internet le servía para expresar con libertad lo que pensaban. Y descubrieron una forma muy eficiente de generar información precisa y honesta (o más honesta que la tradicional) con controles descentralizados. Y muchos lectores encontraron que esos contenidos eran mejores y decidieron que también tenían cosas que decir, ya fuera en comentarios, blogs, podcast o vídeos. Comenzó la pequeña revolución de los contenidos generados por los usuarios.

Cuando algunos amigos de esos locos que trabajaban en empresas e instituciones vieron cómo estaba cambiando el mundo se dijeron: ¿y si nos adaptamos a esas reglas? A lo mejor es más fácil que lo que hacemos ahora. A lo mejor es más barato. A lo mejor es más eficaz. A lo mejor es lo único que podemos hacer.

Las empresas, instituciones o profesionales que han tenido éxito en este nuevo ecosistema son aquellas que han entrado asumiendo que son un actor más. Un nodo de una red que debe ganarse su sitio con buenos y honestos contenidos. Admitiendo que cada uno es sólo una isla en un archipiélago extenso. Y que la atención y la credibilidad hay que ganársela como en fama: con sudor. Si eres uno más, tienes que dar la cara, explicar quién eres, qué haces. Es marketing, por supuesto. Pero con las cartas encima de la mesa. Sin contratar a jugadores que juegen tus manos. Y si quieres jugar el juego del marketing tradicional, bien. Pero en ese juego también tienes que tener las cartas sobre la mesa.

Y creo que antes o después se cogen a los tramposos. No recomiendo a ninguna empresa hacer trampas. Cuando te pillan todo intento de control de daños es inútil.

El aprendizaje de las habilidades comunicativas ha sufrido, digamoslo así, un cierto declive en muchos países en lo últimos años. No todo el mundo sabe hacer llevar una idea a una audiencia. Pero estoy convencido de todo el mundo tiene la capacidad de hacerlo. Sin ser periodista se puede redactar una buena entrada sobre nuestro último producto. También se puede aprender qué aplicaciones aceptar en facebook y cómo sacarle partido. O qué es meneame y cómo enviar una noticia. Hay muchas cosas que aprender. La mayoría se pueden aprender de forma autodidacta, aunque hay responsables de empresas que prefieren no dejarlo al albur de la curiosidad de sus empleados y contratar a alguien que los enseñe.

Esta historia se diferencia del marketing y la publicidad en muchas cosas. Una de ellas es que otro no lo puede hacer por ti. Las empresas deben aprender que trabajar cansa.

Pavese escribió en su libro/diario El oficio de vivir la siguiente frase:

21 de enero

Antes la potencia servía a las ideologías, ahora las ideologías sirven a la potencia.

Las cosas gratuitas son las que más cuestan. ¿Cómo? Cuestan el esfuerzo de comprender que son gratuitas.

Juan Luis Polo, de eTc, ha escrito una fantástica entrada sobre las empresas en la web participativa que reproduce estas ideas con más brillantez

Foto de Rodolfo V.

9 respuestas

  1. Cuesta adaptarse y a la vez ver las bondades de difundir tu producto en la red, de forma que los propios clientes sean parte de esa difusión, sumándole crítica y una buena cantidad de subjetivad y opiniones personales que la empresa debe asumir.

    Y en el caso de las empresa llamémoles «clásicas» es complicado que asuman el riesgo de cambiar su mensaje unidireccional, tienen miedo, casi pánico en muchos casos.

    Al igual que con la informática, que muchos adultos tenían miedo hasta que veían que no pasa nada por formatear un equipo y que incluso es sano, o lo sencillo que es añadir memoria o cambiar un cable.

    El problema es que este cambio de mentalidad se hace casi necesario, no ya para adaptarse, yo diría que en parte para sobrevivir como empresa o institución las próximas décadas.

    Creo que no sólo se van a tener que «mojar» e implicarse en este nuevo modelo, os va a tocar trabajar duro para enseñarles a cansarse implicándose en esta nueva realidad.

  2. Hombre Luis…comentar un post como este es complicado, dado que cuando se está de acuerdo se asiente.

    Pero me ha llamado la atención por que desde la visión de «esta panda de locos» (frikis añadiría yo) damos ya por supuesto un montón o varios montones de cosas que suceden en la Red.

    El problema es que la Red se sigue percibiendo como un mal negocio para las empresas, y de lo que no se dan cuenta es que el coste de visibilidad que les produce es proporcionalmente inferior a cualquier otro médio y con unos benefícios que la interactividad que proporciona la Red, ningún médio de información tradicional puede causar de forma instantánea.

    Los costes son tan sumamente competitivos y eficaces, que solamente el efecto recuerdo, marca, producto, etc… están en las retinas de las personas que acceden a ese contenido de una forma brutal.

    En cuanto a las normas que apuntas, además de estar completamente de acuerdo contigo y de que eres una persona políticamente correcta (yo no…lo sabes) pero esta es tu casa y por supuesto puedes y debes hacer con ella lo que te venga en real gana, solamente volver a insistir en que la modificación del código de la Red, supone un paso atrás importante.

    Y para evitar ese paso atrás, la única forma es unirse para que se convierta en un paso firme adelante.

    Un saludo, no te digo lo de gran post por que lo sabes y por supuesto un abrazo.

  3. Gracias a ambos.

    @JuanJaen: Tampoco hace falta generalizar del todo. Hay empresas que sobreviven sin publicidad, sin promoción, sin relacionarse con el ambiente. No creo que todo el mundo deba convertirse a mi religión, porque esto no es la panacea. Para muchas empresas es y será muy rentable, para otras imprescindible.

    @Enrique Castro: no soy políticamente correcto. No me he censurado por miedo a salirme del tarro. Y no doy normas. En eso he tenido mucho cuidado porque no quiero dar la impresión de que dicto dogmas de obligado cumplimiento. Todo el mundo es libre de no seguir mis consejos. Pero algunos de ellos son muy muy recomendables. Hablo de los casos que han tenido éxito. Si te pillan con las manos en la masa, la has cagado. Pero no seré yo el que pida una regulación que se adapte a mi visión de las cosas. Tampoco dejaré que me digan lo que puedo o no decir.

  4. Sólo comentar que gracias a esta entrada acabo de conocer Mecus y me parece muy interesante. Esta entrada también, aunque no soy la lectora tipo en ese sentido, porque mis blogs son lo más antiprofesional del mundo, y lo del posicionamiento de mis blogs me la trae al fresco. Pero sí, me ha gustado todo mucho.

  5. (Que no marqué la suscripción a los comentarios)

  6. Como comenta Enrique, sólo me queda asentir.

    Saludos.

  7. Lo vinculo y comento aquí

  8. Cuando leo textos como el que has escrito y otros que ultimamente han puesto en el ojo del huracan modelos como el de Cink, se me generan un par de dudas que quiero compartir en este mi primer comentarios en tu excelente blog (aunque a lo mejor no es el sitio):

    1. ¿porque a veces dudamos de la capacidad del ser humano? Me refiero con esta pregunta a porque a veces pensamos que nos podemos engañar mutuamente. La generación de contenidos, presencia y conversaciones solo puede hacerse desde la trasparencia, aunque esta sea de una tercera empresa (llameses agencia de relaciones públicas, agencia de comunicación…) y será el cliente, bloger, usuario, navegante.. el que al final se lo creerá o no. En el fondo nadie nos obliga a participar en el 2.0, no?

    2. ¿porque nos da miedo la didáctica? me refiero a que a veces parece que sea malo que un tercero nos enseñe. No seré yo quien defineda modelos como el de Cink (ya son ellos mayorcitos para hacerlo) pero si el que defienda, en mi calidad de profesor (part-time ;-)) la importancia que tiene que un tercero con conocimientos nos acompañe en el camino y nos ayude en lo que muchas veces es un mundo más fácil de lo que parece pero que nos da un miedo terrible adentrarnos en él.

    Son sólo un par de reflexiones…

    Aprendemos compartiendo en www.interactividad.org

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