Aprender inglés en el extranjero: el dilema de muchos padres. ¿Es útil? ¿merece la pena la inversión? Mi respuesta, la de mi experiencia, es sí.
Hasta mi entrada en la universidad estuve asistiendo a cursos de inglés en el extranjero casi todos los veranos. Desde los doce años mis padres me mandaban a unos cursos organizados por un profesional de estos cursos de inglés. Al poco tiempo, este profesional se convirtió en jefe, y después en amigo. Pasar de estudiante a monitor en este negocio te da una perspectiva muy interesante de cómo puede ayudar a madurar a los adolescentes estar en un entorno diferente con un idioma y costumbre que no dominan del todo.
¿Qué es Shannon Summer School?: Una experiencia de un mes en un pueblo irlandés para jóvenes que conviven con familias irlandesas con chicos de su edad. Asisten a clases de inglés en un colegio a un sinfín de actividades acuáticas (en el lago más grande de Irlanda, Lough Derg) y terrestres.
Irlanda ha cambiado mucho desde hace diez años. Es un país muy interesante, que ha sabido combinar tradiciones con la revolución tecnológica más importante de Europa en los últimos años. Muchísimas compañías informáticas (Dell), químicas o farmacéuticas se han instalado allí. No creo que las ayudas en impuestos bajos y el idioma hayan sido los únicos factores por los que Irlanda sea uno de los países con un mayor crecimiento económico sostenido de Europa. Un sistema educativo sólido, a pesar de ser un país con raíz eminentemente agrícola, es el detalle que mis amigos economistas destacan siempre de este hermoso país.
Mis padres tuvieron problemas para dominar el idioma que necesitaban para hacer sus tesis y desarrollar sus carreras profesionales porque lo empezaron a aprender muy mayores. Al aparecer la posibilidad de ir a estudiar a Oxford durante un mes de verano a un colegio internacional, no dudaron de que mis tiernos doce años eran muy pocos para ir sólo al extranjero. Cuando el organizador de la expedición española, Diego M. Romero, decidió trasladar los cursos a un pueblo de Irlanda (Portumna, Co. Galway) tampoco hubo dudas. Gran parte de mis primos (y de los hijos de los amigos de mis padres) han viajado (y siguen viajando) cada verano a es precioso pueblo del interior de Irlanda.
Recuerdo con mucho placer los paseos por el parque nacional que está junto al pueblo o las escapadas a jugar al fútbol con los chicos con los que vivíamos. Aunque también el miedo que pasábamos cuando intentábamos jugar al hurling, un deporte gaélico parecido al hockey sobre hierba. Al principio parecía algo tosco, pero después resultaba se muy divertido.
El boca a boca ha sido siempre la mejor estrategia de marketing de Diego. Porque su producto habla por sí mismo: los chicos suelen volver año tras año. Y suelen aprender mucho sobre tolerancia cuando están viviendo en un ambiente totalmente distinto al de su casa. Siempre me ha sorprendido la habilidad de Diego para asignar los chicos a las casa que mejor les iban. Tener una serie de familias ya seleccionadas a lo largo de los años da una seguridad increíble de que todo va a ir sobre ruedas.
Quien esté interesado, puede ponerse en contacto con Diego M Romero, (606131910)
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