Resumen de la actividad blogosferica esta semana:
- El misterio de los cascos azules en Sahara. Mi siempre útil almendrón me da cuenta de esta constante vergüenza de la “realpolitik”…
- García Serrano… te faltan los grandes éxitos de los pitufos y mariaisabel
- Falacia “Tu quoque” Una falacia explicada por una persona con nombre ligeramente familiar… Ricardo García Damborenea… ¡¡¡Pues tú más!!! Decíamos en el patio de colegio…
- Omnia critica la cobertura del desastre de la cuenca del Missisipi y el Katrina, y obtiene réplicas opuestas ( y algunas muy acertadas). Y estoy de acuerdo en que algo fue rematadamente mal cuando Nueva Orleáns está bajo el agua (y lo que te rondaré morena…) Pero veo mucho antiamericanismo en muchas críticas, probablemente porque esas críticas venden bien. Y en una sociedad de mercado como la nuestra, hay que vender para ganar dinero. Yo respondo:
“Se te ha olvidado la lectura ideológica del desastre: Los defensores del «Estado Pequeño» son los que han causado el desastre al no reforzar los famosos diques de N. Orleans… Así de forma genérica. La parte por el todo. La decisión (hacer/no hacer diques nuevos, arreglar los que hay) con la opinión (los americanos son malos, por lo tanto nosotros debemos ser buenos)Lo que me parece muy curioso es que conozcamos por los media más cosas sobre el sistema de prevención de desastres yanqui (el que no funcionó) del español (que funcionó tan bien en El Madroño, Berrocal, Guadalajara,…)”
PS: Me piden que cuelgue el artículo de Javier Rubio, cosa que no puedo, puesto que El Mundo Sevilla no tiene edición electrónica. Pero creo que puedo poner un par de párrafos sin que me demande UNEDISA ¿no?
«Desalojar una ciudad de más de medio millón de habitantes es una tarea imposible, como ha demostrado palmariamente el caso norteamericano. Y más si se deja
atrás a los menos favorecidos sin cheque del subsidio de beneficencia para costearse un vuelo. Sobrecogidos por las escenas de saqueo y pillaje que ha servido estos días
la televisión, cabría preguntarse qué hubiera sido de nosotros mismos en una situación parecida. Con un Ejército como el español que apenas rebasa los 80.000 efectivos incluyendo mandos, oficialidad y tropa, no parece que pudieran movilizarse en tiempo y forma los casi 20.000 efectivos que el Gobierno federal estadounidense
está poniendo –con retraso, es bien cierto– sobre el terreno.
Para empezar, dónde hay en Sevilla un edificio cubierto y a resguardo donde pudieran refugiarse a la vez entre 15.000 o 20.000 personas. Y qué pasaría con la joya
de nuestros servicios públicos, con la ciudad sanitaria, si se inundaran las cocinas y se fueran la luz y el agua. Y dónde podrían encontrar cobijo 200.000 personas a la
vez como ha sucedido, se nos dice, con la vecina ciudad tejana de Houston, a la misma distancia de Nueva Orleans que Sevilla de Madrid. Por muy caótica y desordenada ha sido una evacuación a lo grande.» El Mundo del Siglo XXI. Edición Sevilla. & de Septiembre 2005
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