Nos vamos Rafa y yo de nuevo al encuentro más importante de la comunidad de WordPress, la WordCamp de San Francisco.
Encontrarse con desarrolladores, escritores, gestores, administradores, tecnólogos, empresarios … Toda una fauna que se agrupa en torno a este software que nos da de comer y que nos alegra la vida gracias a la libertad y versatilidad que nos proporciona para nuestros proyectos.
El año pasado me quedé con dos impresiones favorables sobre los Estados Unidos y la gente con la que estuve en SF: siempre está intentando optimizar lo que hacen y están abiertos a las ideas de cualquiera.
La actitud crítica hacia lo que uno hace es, en la gente que conocí, automática: hagan lo que hagan, parece que siempre estén pensando «¿cómo podría hacer esto mejor y en menos tiempo?». Y esto se lo aplican tanto a los procesos como al fondo de su trabajo. Un producto que se vende bien no es más que un avance del siguiente éxito. O la última serie del pasado glorioso.
Por otro lado, me sorprendió la facilidad con la que nos recibían allí donde pedíamos contar nuestros productos e ideas: para esta gente, cualquiera puede tener una buena ocurrencia. No les importa tanto quién cuenta algo como si la cosa vale. En España, que te reciba algún directivo, político o bancario de medio pelo requiere mil llamadas o la recomendación de alguien que esté en el círculo del poder. Y si no vas enchaquetado y perfectamente afeitado, no te molestes ni en abrir la boca.
Dos detalles que dan algunas claves de por qué les estamos dejando conquistar el mundo.
Deja una respuesta