Ahora o nunca

España tiene varios problemas económicos graves. Tras más de año y medio (como mínimo) de crisis, los indicadores no van bien y no parece que haya grandes cambios que mejoren la situación.

Una crisis tan profunda no tiene todas sus causas fuera y no se sustrae a errores fundamentales de la vida económica española. Como ejemplo, la financiación de los Ayuntamientos: No puedo creerme que el papel de las administraciones locales en la  no tenga nada que ver con la burbuja inmobiliaria. Muchos nos paramos a pensar que si los Ayuntamientos tuvieran financiación suficiente para la cantidad de tareas que se les han impuesto (por ejemplo, servicios sociales), no jugarían el papel interesado que han jugado en mantener altos los precios del suelo.

Podría poner otros ejemplos, pero no soy economista  y quedan atrás mis años de estudio de la estructura económica de España. La formación de los profesionales o los privilegios supervivientes del franquismo de algunas castas serían otros dos. La productividad basada en sueldos bajos + muchas horas de trabajo y no en un buen trabajo de calidad, rápido y competitivo. Tampoco es cuestión de hacer una lista que otros hacen mejor que yo.

Lo que me llama poderosamente la atención es la falta de autocrítica de los ciudadanos de a pie. No nos cuestionamos si nuestras decisiones personales han sido o no las adecuadas dadas nuestras capacidades. Es más fácil divagar sobre crisis de las hipotecas sub-prime norteamericanas o sobre los sueldos astronómicos de los banqueros de Wall Street. Es relevante también para la economía pequeños detalles, por ejemplo, los coches que se compraban a plazos los nuevos ricos del andamio: chicos con 18 años que empiezan a ganar €2.000 mensuales (trabajando duro, eso sí). Eso me escandalizaba hace cinco o seis años. ¿Envidia? 😉 O los gastos suntuarios de algunas pequeñas empresas en oficinas en caras zonas comerciales sin tener necesidad, puesto que su fuerza de ventas no lo necesitaban. La suma de lo micro hace lo macro. No todos somos responsables, pero no hay un único culpable.

¿Qué esperan PSOE y PP (et al.) para rememorar «Los pactos de la Moncloa«? Muchos criticaron en su momento esos pactos porque supusieron dejar de la lucha partidista algunas cuestiones económicas que necesitaban de tiempo, resolución y confianza del exterior de que serían continuadas. Entre otras cosas, se garantizaba que a corto y medio plazo no se darían bandazos macroeconómicos y que se podía confiar en España como un país en las que las condiciones económicas serían estables, sobre todo ante una inflación galopante.

Con las declaraciones de algunos del PSOE buscando conspiraciones internacionales (quien especula contra un país es porque lo ve débil y atacable) y las chulerías del PP lo que tiene que hacer Zapatero es llamarnos para que le digamos qué hacer, no me han dado mucha confianza. Los llamamientos a arrimar el hombro (sin más) o esos deje paso a otros que arreglemos las cosas porque van muy mal, no me dan la impresión de que quieran llegar a un acuerdo.

Espero sinceramente que todo esto sea un paripé para no interferir en las conversaciones y negociaciones que estén llevando a cabo y por si salen mal no parecer estar inactivos.

Jordi Sevilla opina sobre los pactos de Estado:

En mi opinión. no son posibles los grandes Pactos de Estado en España mientras en las dos fuerzas políticas mayoritarias predomine la lógica electoral de partido frente a aquella del interés general. Hoy, el objetivo exclusivo de los dos partidos mayoritarios es ganarle las elecciones al adversario.

Los Pactos de la Moncloa, tan denostados por algunos de mis profesores en la facultad, supusieron la modernización de la economía española y la vacuna contra veleidades populistas en la naciente democracia española. Recomiendo vivamente la lectura del artículo que escribió sobre el temauno de sus principales protagonista, Enrique Fuentes Quintana. Inviertan un rato en leerlo, merece la pena de verdad. En todo caso, este vídeo

http://www.youtube.com/watch?v=zrWYWHtGhRY

Nota: lamento este arranque economista tan tocho, pero mis dudas son tantas que no las puedo poner en dos líneas, lo cual demuestra que no puedo ser periodista. 😉

Algunas fuentes de inspiración de este artículo:

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