Todo comienza con un atículo de Muñoz Molina en el Pais
(…)Quizás uno, como va cumpliendo años -enfermedad política que denunciaba hace poco en estas mismas páginas Suso de Toro, a quien cabe suponer venturosamente libre de ella- conserva el recuerdo de otra época en la que las personas de izquierdas podíamos ser muy críticas y hasta en ocasiones hostiles hacia otro gobierno socialista, o por lo menos no incondicionales hasta la genuflexión, hasta las lágrimas. No digo que no haya motivos para oponerse a una deplorable Oposición, avinagrada y sombría, que no parece capaz de desprenderse de su propio delirio de conspiraciones, y en la que todo el talento de sus dirigentes da la impresión de estar puesto al servicio, sin duda generoso, de favorecer a sus adversarios. Lo que me sorprende es este nuevo concepto de la rebeldía y de disidencia, que consiste en rebelarse contra los que no están en el poder y en disentir de casi todo salvo de las doctrinas y las directrices oficiales. El delirio perfecto, sin duda: disfrutar de todas las ventajas de lo establecido imaginando confortablemente que uno vuelve a vivir en una rejuvenecedora rebeldía, inconformista y a la vez enchufado, obsequioso con el que manda y sin remordimientos de conciencia, gritando las viejas y queridas consignas, como si el tiempo no hubiera pasado, en la zona VIP de las manifestaciones, enaltecido a estas alturas de la edad por una cápsula de Viagra ideológica. (…)
Lo leí y pensé que tenía mucha razón, y que era muy valiente por su parte escribirlo. Enseguida pasé a otra cosa, (muchos sabéis que, a veces, soy algo voluble), aunque se me quedó la incertidumbre sobre cuántos opinólogos, intelectualoides, listillos y bloguerillos de postín harían reflexiones parecidas. Y pensé: sería un buen test de que, fuera de las dos trincheras de nuestros días, queda poca gente.
Y en esto, David de Ugarte, tiene una idea genial. David ha sido muy bien tratado en su periplo por Latinoamérica, y lleva cierto tiempo acariciando la idea de irse de España (por lo menos eso es lo que dice). Dado ese estado ánimo y como buen bloguero que es, decidió escribir en su blog las razones por las que debería exiliarse, enviando a su vez el desafío de hacer lo mismo a otras personas, creando así lo que se llama en esta jerga un meme.
¿Qué nos obliga a fustigarnos de esta manera, a resaltar lo malo, lo que nos repugna? Una falta de pudor probablemente provocada por el hartazgo de vivir rodeado de muchas tonterías, hipocresía, envidias, ansias de poder y estupidez. No creo que sea sólo el ambiente político.
Las razones de David:
- España sufre un poder económico y mediático cuadrillil: en España el ascensor social no funciona porque los círculos de poder son círculos biográficos, cuadrillas que constituyen bandas, grupos cerrados de identidad muy fuerte y con un sentido patrimonial de las oportunidades. Si no perteneces a alguna de ellas (o emparentas más o menos formalmente) es muy difícil acceder al reconocimiento o la notoriedad. Por eso los innovadores de la periferia española, de Mariano Gistaín a Alfredo Romeo pasando por Jorge Otero son conocidos antes fuera de España que nuestro país.
- España sufre una cultura política hooliganista: La política en España está enloquecida en gran parte porque no parte de un compromiso ético de sus militantes, sino de una adhesión inquebrantable más propia de un hincha de fútbol que de un compromiso ideológico. Como todo círculo de poder español, el lema del discurso político español parece ser “los míos con razón o sin ella, que ya inventaremos razones“.
- España prefiere ser cola de león a cabeza de tigre: España sigue siendo un país acomplejado frente a Europa. Como se ve en el caso de la OPA de Endesa se prefiere ser una sucursal alemana y dar la espalda al Mediterráneo y Latinoamérica que dinamizar nada en nuestro propio entorno geográfico y cultural. No tengo muy claro si por complejo de nuevos ricos o por pura ceguera.
Ni que decir tiene que la idea ha tenido eco y éxito, pero dejemos eso para la segunda parte de este serial…
Como Muñoz Molina citó a Suso del Toro en su artículo, ha recibido una respuesta del mismo:
(…)La realidad no es tan confusa y vamos viendo en qué sitio está cada uno, aunque haya quien se crea sobre una columna y desde una altura fingida acuse y salpique a los demás. Es posible que “casi todo el mundo” delire colectivamente pero es más probable que sea Muñoz Molina quien se vea atormentado por un padecer individual, a no ser que sea un “enfermo imaginario”. Siempre queda acogerse a este Estado de las autonomías tan odioso, ser “obsequioso” con sus “dignatarios que cultivan un delirio grandioso de política internacional” para conseguir alguna canonjía en alguna institución, marchar “enchufado” a alguna capital de ese “extranjero” mítico al que alude. (…)
Antonio Muñoz Molina es escritor y ha sido director del Instituto Cervantes de Nueva York. Suso del Toro es también escritor y no presume de su amistad con el presidente Rodríguez Zapatero.
Quizás sea esta una de las razones por las que la mayoría de los buenos blogueros no quieren escribir sobre política… todo es tan previsible y tan feo que se les quitan las ganas. Eso de poner líneas «conmigo-o-contramigistas» es tan feo como las acusaciones ad-hominem. Y si vives en Andalucía, las ganas se que quitan todavía más…
¿De qué va esto?, ¿de qué vamos?
Foto original de Xip
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