Yo no podría haberlo escrito mejor: De lo divino y de lo humano: Más por menos.
Se ha aprobado una ley para que los autores cobren por la venta de aparatos/productos susceptibles de almacenar sus obras. Y tú, consumidor, pagas siempre, las uses o no.
Consenso (Menos PNV y ERC) para la ley. Y casi todo el mundo callado. Así nos va. Así nos irá.
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Actualización 30 junio: No en mi nombre.
Y Enhiro, como de costumbre, lo clava:
En la década de los ochenta ya se habían sentado, sólidamente, las bases de la industria del software propietario. También en aquella época, un tipo brillante llamado Richard Stallman pululaba por los laboratorios del MIT, probablemente el instituto tecnológico más avanzado y prestigioso del mundo. Poco a poco vio como la industria del software se iba comiendo las máquinas que había en el laboratorio, que cada vez sus posibilidades como usuario eran más reducidas, cosa que rechazó. Y, ¿que hizo para oponerse a aquello que no le gustaba? Para empezar os voy a contar lo que no hizo: no se enfundó una careta de Bill Gates y asaltó la sede de Symbolic, empresa que estaba copando los ordenadores del laboratorio donde trabajaba. En lugar de eso, puso a funcionar su cerebro, y creó GNU, escribiendo su manifiesto y, viendo que aquello era bueno, se sacó de la manga el concepto de copyleft. Más de 20 años después, el software libre, sobre núcleos LiNUX, se ha popularizado y copa los primeros puestos en servidores y cada vez convence a más gente para usarlo en sus ordenadores personales. Empresas que se dedicaban al software propietario lo han adoptado y le han aportado. Otras se han visto obligadas a cambiar su política en ciertos aspectos, porque, si el software libre no existiera ¿habría tomado Microsoft la decisión de ceder el código de sus programas a los gobiernos? Sospecho que no. Y todo ello porque un tipo, en un momento dado, prefirió el cerebro al músculo.
Otro de los grandes males de la sociedad de nuestros días es la industria del entretenimiento, no os voy a contar toda la que está cayendo en este aspecto, porque no es el motivo del post, pero sí lo que hizo un tipo disconforme y, probablemente, cabreado por el asunto, me refiero a Lawrence Lessig. ¿Qué fue lo que hizo? Para empezar, como en el caso de Stallman, te voy a decir lo que no hizo: no se puso una careta del cantante de Metallica y asaltó la sede de la RIAA (como la SGAE pero en Estados Unidos de Norteamericana). En lugar de eso, pensó que era mejor idea poner a funcionar eso que tiene detrás de los ojos, y creo las licencias creative commons. Y viendo que aquello era bueno, continuó escribiendo libros y artículos, como el archiconocido Cultura Libre.
Entre los que hoy han asaltado la sede de la SGAE, probablemente, se encuentren algunos con talento para programar, otros con talento para pintar, para la música, para la escritura, para organizar… Que usen esos talentos para luchar contra la industria y contra la SGAE, que escriban bajo licencia Creative Commons, que pongan a disposición sus pinturas y sus composiciones por la red, que monten un chiringuito o se unan a los ya montados y colaboren, organicen y, si es menester, llamen la atención con inteligencia y buen gusto. Puede que los frutos no se vean a corto plazo, pero con el trabajo colectivo de miles de personas, se verán. Cada minuto que pasen barruntando cual será su siguiente obra, su siguiente paso, será mucho más valioso para la causa que el que han perdido hoy en la sede de la SGAE.
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