Hace 25 años que nació el videojuego… Suponiendo que tardara un par de años (pongamos tres) a España, han pasado 22 años desde que yo me embelesaba con la visión del videojuego en el bar «Azahar» del barrio de San Julián (En la zona del Centro-Macarena) donde mis padres tomaban una cerveza las tardes-noches de primavera-verano mientras mi hermana y yo campábamos por el patio donde estaba ubicado. Ese mismo patio es el que cruzo cada día para ir y volver del trabajo.
El sábado me levanté algo más temprano para comprarle churros a mi jefa, la más dulce. A la vuelta, con mi periódico (confieso que también bajé para comprar el periódico y que tenía tantas ganas de desayunar churros como Eva) y mi papel de churros debajo del brazo, me encontré a Jesús, mi vecino palangana de diez-doce años. Nos cruzamos mucho y siempre me dice algo del fútbol, sobre todo desde que le di el balón que me encontré en el balcón cuando me instalé en el piso hace dos años. El sábado hablamos un poco de lo importante que iba a ser el partido contra el Real Madrid, pero me impresionó el hecho de que averigüé inmediatamente el destino de su salida esa mañana: La churrería de San Julián. El mismo sitio donde yo iba con su edad a comprar los churros para mis padres. Y parecía que tenía la misma ilusión de ser útil y necesario, de ser una pieza importante de algo mayor a lo que uno pertenece. Exactamente la misma sensación que tenía el sábado, aunque los destinatarios no eran esta vez ni mi hermana ni mis padres. Por cierto, tampoco soy aquel niño de diez años.
Pero, en realidad, es (era) lo mismo. Y no es pleonasmo.
Deja una respuesta