Lorenzo il Magnifico – Biografia – Biografieonline.it
Consejo de Gobierno de la Universidad de Sevilla, años 90: “Bueno, son las 2, y nos quedan muchas cosas. Lo dejamos aquí y nos vamos a comer ¿no?. Oye, Paco, ya sabes que tú y el resto de los representantes de los alumnos podéis ir a XXXXX a comer, ya está avisados. Pedid lo que queráis.” “¿Traemos la cuenta?” “No, no es necesario, ya está todo arreglado”. “Juan, no te despistes. Nosotros nos vamos al Oriza”
Consejería de XXXXX años 90: “Ahora tenemos previsto unas cositas de picar en un sitio muy bueno aquí cerca. Diego, compañero, te va a encantar. Seguro que no has comido unas gulas tan buenas nunca”. “Bueno, había pensado en ir a casa y volver más tarde” “No seas tonto, vente, que seguiremos hablando con estos de los cursos de inserción. No me dejes, tienes que ayudarme a meter a los empresarios en vereda”
Ayuntamiento de XXXXX, primera década del siglo XXI: “Oye, voy a necesitar ese móvil. Ya estoy harto de este. Dile al comercial que nos lleva lo de la telefonía del ayuntamiento que me mande ese nuevo con politonos».
Instituto de estudios XXXX, año 2002: “Tenemos que hacer una revista para difundir lo que hacemos. ¿Cómo lo hacen en las consejerías?” “Bueno, cada unidad ha elegido cómo hacerlo. Hay que buscar gente para hacerlo.” “Bien, te toca eso. Una última cosa: ¿qué tipo de papel hay que usar? Mi hijo está muy pesado con eso del papel reciclable.” “Bueno, todo el mundo usa ese que es como las revistas, se llama couché. Si usamos reciclable quedamos cutres, aunque es más barato” “Bueno, ya veremos, tampoco vamos a ser los pepitos grillos de circo ¿no? No te olvides de buscar gente para llenar la revista”
Imagen en la Administración pública. Gastos de imagen.
Los ágapes en la administración pública siempre me recuerdan la vieja imagen de los terratenientes andaluces dando de comer a sus amigos o los miembros importantes del pueblo (Ver la descripción en Los Santos Inocentes (Miguel Delibes)). Admito que lo gastado en comidas, ágapes y demás puede no ser mucho, que no resolvería muchos problemas. Pero es una cuestión de ética (¿o de estética?)
¿Qué imagen debe dar una administración pública? ¿Es necesario que se muestre generosa, pródiga en una reunión con sindicatos y patronal? ¿Y en una con asociaciones de vecinos? Parece que uno de los objetivos de los poderes públicos presentarse como abundantes en recursos.
Entiendo que las empresas privadas agasajen a clientes, proveedores, periodistas, en tanto en cuanto puede ser necesario añadir algo “de valor” a oferta de la competencia, pero, ¿con quién compite una Consejería de Medio Ambiente cuando da de comer a técnicos de residuos de varios ayuntamientos? ¿Por qué un oscuro departamento de una administración de segunda fila debe editar un carísimo boletín en papel couché con entrevistas a los gerifaltes y amigotes?
No hablo de corrupción. No hablo de malversación. En principio, todo es legal, incluso el móvil gratis o el coche oficial para ir de aquí a allí.
Y por supuesto no es cuestión de partidos. Es algo más importante que una estúpida discusión “Y tú más”. Es una cuestión del papel que se han asignado los miembros de la clase política. Y por supuesto, una cuestión de nuevos ricos: Eso no pasa en …
Mientras tanto, seguimos esperando a Lorenzo el Magnífico
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