Hola Patricia, preciosa: Aunque ya me han dicho que estás mejor, te respondo a tu mensaje lo mejor que sé.
(…)
Eso, por un lado. Por otro está el sentimiento que tenemos de pérdida de algo valioso, algo que debería seguir con nosotros… Un sentimiento que tenemos todos, ya que todos lo queríamos.
Por otro lado está la forma que tenemos de expresar nuestros sentimientos. La expresividad varía de uno a otros. Unos lloran mucho, otros están serios, pero tranquilos. Y esta variabilidad no es expresión de mayor o menor sentimiento o ignorancia… Es simplemente diferentes formas de exteriorizar lo que sentimos. No debes sentirte mal por llorar mucho o poco, por reírte si te cuentan un chiste o por una buena película. Los seres humanos somos complejos, capaces de muchos sentimientos al mismo tiempo. La pérdida del abuelo la sentiremos durante mucho tiempo, toda la vida acaso, pero eso no debe impedirnos ni limitarnos para llevar «p’alante» nuestra vida.
Los que nos rodean pueden tener o no aprecio por nosotros, pero en ningún caso podemos extraer conclusiones de detalles, expresiones a la ligera. Y menos cuando estamos sensibles por la pena. Los demás pueden creer que prefieres estar sola y no llamarte mucho. O que necesitas un poco de apoyo y contarte chistes. Ambos casos se basan en aprecio por el otro, aún teniendo comportamientos completamente opuestos. No debemos hacer ese tipo de juicios. Créeme, interpretar indirectas, miradas o silencios es muy peligroso. Suele tener más importancia nuestro estado de ánimo o nuestros prejuicios que los datos objetivos de la actuación de esas personas. Con el tiempo he aprendido a ver el cariño en algunos detalles y la animadversión en las traiciones reales y repetidas. Pero eso no lo puedo enseñar, ni explicar. No puedes vivir mi vida ni mis experiencias (cosa que, por otra parte, no se lo recomiendo a nadie,… jeje)
(…)Podemos estar tristes e ir a trabajar, concentrarnos, leer, … Puede ser parte del carácter o derivado del hecho que nos provoca la tristeza, pero también creo que puede ser producto de la voluntad.
(…)No tenemos mucha experiencia con la muerte. No sabemos cómo enfrentarnos con ella, no tenemos entrenamiento. Por eso nos afecta mucho. Pero debemos aceptarla, debemos interiorizar que la muerte forma parte de la vida, que nos tendremos que enfrentar con el hecho de que personas que queremos nos dejen, que se vayan, que se mueran. Es otra de las tareas de este negocio, el negocio de madurar. Aceptar las cosas que está fuera de nuestro control.
Un beso muy grande. No te sientas sola. Sabes que estamos contigo. Que siempre estamos contigo: Es que somos así de burros…
un beso, preciosa
Luis
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