Tipos ideales, tópicos y heurísticos de representación. Tres expresiones que se solapan en sus esquinas unos a otros. Max Weber, medios de comunicación y psicólogos explicando la realidad para que podamos levantarnos todos los días de la cama.
La forma en la que los seres humanos organizamos dentro de nuestras cabezas la información sobre cómo es nuestro mundo ha sido estudiado y comentado durante mucho tiempo. Para ilustrar este tema, siempre me ha gustado una escena de la película “El juego de Hollywood” (http://www.imdb.com/title/tt0105151/) en la que unos guionistas (¿o eran productores) le cuentan a un productor las ideas que tienen para la películas que quieren producir. Lo que me gustó es que se limitaban a nombrar títulos de películas que, mezcladas, darían lugar a la que quieren hacer. Pretty Woman mezclado con La fuerza del cariño… y cosas por el estilo.
El objetivo es reducir la cantidad de información que debemos recordar o procesar sin perder demasiado el sentido que tienen las cosas en la realidad. Tenemos que ir evitando el pánico que nos entra cuando no sabemos nada de lo que va a pasar en el siguiente minuto, o cómo tratar a la persona que se acerca a nosotros. Según los psicólogos, y expresado en una forma muy burda y resumida, necesitamos controlar o sentir que sabemos cómo es nuestro entorno. Recuerdo con mucho cariño el libro de Psicología Social de Moya Huici y Morales en el que me descubrieron cómo algunos psicólogos sociales muy buenos llevaban mucho tiempo trabajando el tema (¡Cuán grande es la ignorancia del que supone ignorancia en los demás!) La clave, creo recordar, para no convertirse en un bestia, era, a muy grandes rasgos, mantener la cabeza abierta reevaluando las ideas que tenemos del mundo que nos rodea. Ya que estas ideas son, en cierto modo, imprescindibles para poder vivir en este mundo, es importante ir enriqueciéndolas con las impresiones que tenemos de nuestro alrededor. (Que me perdonen mis amigos los psicólogos sociales por reducir su trabajo a tres líneas. Je, je)
Gran parte de la literatura y del cine se escribe desde la suposición de esos “tópicos generales” que tenemos sobre algunas personas. Una vez que los autores han conseguido que los espectadores / lectores conozcan qué son cada uno de los personajes -una vez identificados sus estereotipos- se ponen a hacer cosas. Comienza la acción. Desde luego que Flaubert no seguía este esquema, ni mucho otros, pero Friends lo hace. Y Lucía Etxebarría, en cierto modo. El problema puede surgir cuando creemos que los esquemas que nos ayudan a ver las cosas se toman como grandes verdades inmutables. La gente es más compleja que un estereotipo.
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