Happy Hour (2003)
Los perseguidores de la destrucción. Los chicos malos que no quieren dar lecciones. Los que ya están de vuelta de todo porque llenan su cuota de felicidad con sustancias sin que les preocupen las consecuencias. Alcohólicos de diversos tipos, algunos drogadictos alejados de las chabolas: los herederos de Chinaski.
Tienen un halo de respetabilidad, mezcla de pena y admiración por su libertad, quizás por us falta de autoengaños. No necesitan las mentiras que nos contamos para poder seguir en nuestra piel. El halo de dignidad les acompaña, aunque hablando con propiedad es una corona que le otorgamos, a aquellos que van cayéndose (después de haberse tirado de cabeza al retrete). Boyero, Sabina, Bukowski, y todos los que parecen que les importa un bledo parecer. Todos ellos repitiendo las letras del minicuento de Cortazar. Persiguiendo lo que los demás dejan escapar. Y dejándose admirar por aquellos que quisieran tener su conciencia limpia, pero que no se atreven a limpiarla con alcohol u otras sustancias. Es demasiado sucio. Los seres con los que hay que codearse son demasiado sucios: putas, camareros de madrugada (como el de la canción de Mecano), drogatas, barrenderos, médicos, familiares coñazos que te quieren salvar de ti mismo,…
Ahora hacen un trailer de una película que parece enseñar eso. Nada tan moderno como ser clásico.
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