NOCHE EN ESSEX UNIVERSITY
Buena noche la de ayer… Algunas cosas claras: Algunos me quieren. Otros quizás. Unos me escuchan, unos me sugieren nuevas ideas, hacen que mi imaginación explote. Otros me dan miedo, desconfianza de sus palabras, sus sonrisas y sus caricias… ¿Por qué no sabré detener cuando pasan estas cosas? ¿Por qué Van Morrison no me falla nunca? (Ahora escucho All Work And No Play, con su ritmo machacón, Makes Jack a dull chap)
Guillermo estuvo muy cariñoso. Parece que perdona todos mis silencios, mis ignorancias, mi aparecía de desinterés. Me llegó al alma su sincero abrazo. Es posible que con un solo gesto, con una sola sonrisa, una persona te delate su complicidad en tus (sus, nuestros) crímenes contra el resto del mundo. Si el mundo conspira, nosotros conspiramos en el club secreto de los que quieren sobrevivir. Querido Guillermo: gracias, las palabras nos sobran, las miradas nos bastan, los abrazos nos dan vida.
Bajando con los chicos españoles hacia el last order de las 10.30 me retraso un poco y me encuentro con el profesor de Escalas, Wijbrandt H. van Schuur. Un holandés mayor, gordo, con barba de Papa Noel algo panocha, camiseta juvenil pegada al cuerpo, michelón desvergonzado (es decir, sin verguenza de él) algo sudoroso: buen tipo. Fancy a beer? Bueno, no he encontrado muchas cara conocidas en el pub, pero ahora que vienes tu… Te invito. No, permítame que le invite yo. No insiste y pago yo 1.80 por cada pinta de… por supuesto, Grolsch. Nos ponemos a hablar de literatura: le encanta la novela negra, que el inglés se denomina “de detectives”, le comento el matiz en español y le encanta el detalle. Me habla de novelas históricas, de una de detectives histórica en un monasterio… Apareció mi estimado Dimitrios y se quedó charlando con nosotros: la experiencia de vivir en un país distinto del de procedencia, la igualdad y las normas, un poco de filosofía política… Hasta se planteó la necesidad de un servicio “militar o civil” en un país extranjero. Lo de los impuestos exigibles a los ciudadanos en forma de tiempo (no únicamente en forma monetaria), ya la había oído antes (En los países con servicios militares obligatorios es la idea que sustenta esa participación ciudadana). Wijbrandt nos comentó sus principios. Hay dos derechos humanos universales (Libertad e Igualdad). Y un deber universal (La solidaridad con otros) me pareció bonito en ese momento, supongo que porque la pinta empezaba a hacer efecto o por el sonido de la voz de Wijbrandt, con un acento muy gracioso, aunque que con frecuencia me impide entender lo que dice.
Una vez llegadas las 11, campanazo (me pedí otra) y corriendo nos echaron. Me disculpé con los que supuestamente había bajado… los convencí de que nos fueramos al mondo a ver a Guillermo y a bailar música latina… Guillermo estuvo francamente bien, manteniendo a la gente bailando.
Otro día os cuento la fiesta y cómo reinó mi nueva amiga Gloria. Los tenía comiendo en la mano a todos, je je. Los españoles, el belga mazizo, Dimitrios, Guillermo (era imposible que faltara) y los ingleses. Estuvimos hasta las dos.
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