Ya voy avanzando en «El filo de la navaja» No puedo quitarme de la cabeza las premisas de la novela: un chico que lo puede tener todo renuncia a las riquezas y el status en USA por la búsqueda de la «sabiduría». Lo que me ha impresionado es la presentación del optimismo yanqui de entreguerras. A la familia de Isabel no le molesta que Larry no tenga dinero. Le suponen que si trabaja un poco conseguirá ser un miembro «del club». Le reprochan no ser ni un diletante ni un «negociante». El reproche a Isabel no es rechazar al rico pretendiente, sino esperar al chico que sólo quiere librarse de sus fantasmas. No es la ausencia de riqueza, sino la falta de ambición por ella o por los placeres que ofrece.
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